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Slow fashion: Adoptando un enfoque más pausado y reflexivo hacia la moda

El movimiento de slow fashion ha surgido como una respuesta consciente y sostenible al impacto negativo del fast fashion en la industria textil. A diferencia de la producción masiva y la rápida rotación de tendencias característica del fast fashion, el slow fashion aboga por un enfoque más deliberado, ético y duradero en la moda.

Un movimiento que lidera La Casita de Wendy, con sus principios éticos abanderados por la moda sostenible sin perder de vista las últimas tendencias. Tiene un compromiso por la calidad y por crear prendas atemporales y duraderas, alejándose de las tendencias efímeras que suelen caracterizar al fast fashion.

Slow fashion: Adoptando un enfoque más pausado y reflexivo hacia la moda

Principios éticos de slow fashion

El slow fashion se basa en principios que promueven la sostenibilidad, la ética y la durabilidad en la industria de la moda. Unas claves fundamentales que buscan cambiar la narrativa de la moda de rápida rotación y baja calidad hacia una industria más consciente, ética y sostenible. Aquí están algunas claves esenciales del movimiento de slow fashion:

  1. Calidad sobre cantidad: Prioriza la fabricación de prendas de alta calidad y duraderas en lugar de producir en masa artículos de baja calidad con ciclos de vida cortos.
  2. Producción ética: Se compromete con condiciones laborales justas y seguras para los trabajadores en todas las etapas de la cadena de producción, evitando la explotación laboral.
  3. Transparencia en la cadena de suministro: Busca la transparencia total en cuanto a la procedencia de los materiales, las condiciones de fabricación y el impacto ambiental de los procesos de producción.
  4. Diseño atemporal: Favorece diseños clásicos y atemporales en lugar de seguir efímeras tendencias de moda, promoviendo la longevidad de las prendas.
  5. Producción local: Apoya la producción local para reducir la huella de carbono asociada con el transporte de mercancías a largas distancias y para fortalecer las economías locales.
  6. Consumo consciente: Fomenta una mentalidad de consumo más reflexiva, animando a los consumidores a comprar menos, pero mejor, y a considerar el impacto de sus elecciones de moda en el medio ambiente.
  7. Respeto por los recursos naturales: Busca minimizar el uso de recursos naturales, como agua y energía, y favorece la elección de materiales sostenibles y orgánicos.

Educación del consumidor: Busca aumentar la conciencia entre los consumidores sobre los impactos de la moda rápida y los beneficios del slow fashion, alentando a tomar decisiones informadas y éticas.

Slow fashion vs fast fashion

El slow fashion y el fast fashion representan dos enfoques opuestos en la industria de la moda, diferenciándose en sus prácticas, valores y repercusiones. El principal es el ciclo de producción, caracterizándose el fast fashion por ser más rápido, con nuevas colecciones lanzadas constantemente, mientras que el slow fashion adopta un enfoque más pausado, produciendo prendas de manera deliberada y sin la presión de las tendencias efímeras.

Además, en el slow fashion prima la calidad sobre la cantidad, con prendas diseñadas para ser duraderas, atemporales y resistir el paso del tiempo. Por su parte, el fast fashion prioriza la producción masiva a bajos costos, a menudo sacrificando la calidad de las prendas en favor de una oferta abundante y asequible.

En cuanto a la ética laboral existe una gran diferencia, ya que en la producción slow fashion se busca condiciones laborales justas y seguras en todas las etapas de la cadena de producción, evitando la explotación laboral. Mientras, el fast fashion está asociado con condiciones laborales precarias, salarios bajos y largas jornadas de trabajo.

Por último, la sostenibilidad ambiental tiene un mayor impacto en el slow fashion, buscando reducir el impacto ambiental mediante la elección de materiales sostenibles, la promoción de prácticas de reciclaje y la minimización de residuos. El fast fashion implica una producción intensiva que agota rápidamente los recursos naturales.

Estas diferencias subrayan los contrastes fundamentales entre el enfoque rápido y efímero del fast fashion y la perspectiva más lenta, ética y sostenible del slow fashion. La elección entre ambos modelos impacta en la industria de la moda y también en cuestiones sociales, ambientales y éticas.

Desde La Casita de Wendy tenemos claro que si tenemos que elegir entre slow fashion o fast fashion, siempre vamos a decantarnos por la primera opción. Nuestro compromiso por el medio ambiente es intachable y abogamos por una moda sostenible, artesanal, de producción local y que respete el derecho de los trabajadores.

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